- DIRECCIÓN
Se encuentra en las calles Calicuchima No.117 y Farfán.
- FECHA DE CREACIÓN
En el año de 1650 fue la fecha de construcción.
- DESCRIPCIÓN:
La proliferación de conventos en la América india fue la estrategia de propagación del catolicismo hacia cada uno de los habitantes naturales de las colonias españolas. La exigencia en la preparación espiritual de los clérigos obligaba que sus recintos, a los que se llamó recoletas, fueran construidos en "edenes" lo más alejados del mundanal ruido. Así, el Convento de San Diego, ubicado actualmente hacia el sur de Quito, se inscribe en esta línea. El inicio de su construcción se sabe de finales del siglo XVI. En 1598 la congregación franciscana obtuvo del Cabildo la autorización para levantar la obra, bajo la dirección del padre Bartolomé Rubio. Entre este año y 1602, quiteños acaudalados donaron terrenos, logrando una extensión de tres cuadras. Hacia 1603 se había concluido la iglesia, y el convento estaba en fase avanzada. En 1626 los patios internos del claustro habían sido concluidos.
Y los anales del Cabildo señalan que por 1650 San Diego ya oficiaba como una casa de retiro para "veinte religiosos de penitente vida". Todavía faltaban pequeños detalles, por lo que en 1689 fue nombrado "Obrero Mayor" de la construcción al legendario fray Manuel de Almeida, pícaro monje que usaba un crucifijo como la escalera que lo conectaba con la ciudad nocturna y bohemia. El lugar incluso toma más fuerza mítica por la presencia de otro héroe del imaginario quiteño: Cantuña. Si bien él pinta como constructor del atrio de San Francisco, sus manos nunca estuvieron allí, sino en San Diego, donde hizo algunos trabajitos de cerrajería por los que cobró siete pesos. Hacia la mitad del XVIII, el Convento fue concluido totalmente con acabado impecable, según cuenta el viajero inglés William Stevenson: "Casi oculto en medio de los árboles y de las rocas este retrete es de los románticos. Se ha puesto especial cuidado en que este edificio aparezca como una ermita aislada. Es tal vez en todo el Nuevo Mundo la morada que más conviene al retiro religioso".
La sola concepción arquitectónica del Convento de San Diego ya es un referente patrimonial. No obstante, al interior las joyas son mayores. Como el artesonado de estilo mudéjar que adorna el cielo raso del presbiterio. El púlpito principal de la iglesia también es tesoro. Su ornamentación guarda la impronta del barroquismo del siglo XVIII y su diseño presenta un cáliz junto a una vid que asciende entre columnas salomónicas.
En San Diego funcionó la recoleta de los padres franciscanos
desde fines del siglo XVI. En el siglo XVII, vivió en este lugar de
recogimiento el Fraile Manuel Almeida. Según la leyenda, los lienzos y el
crucifijo del convento fue usado por el padre Almeida como escalera para salir
a sus fiestas nocturnas. San Diego conserva la solidez de sus muros y columnas de
piedra del siglo XVII. Se conecta por medio de patios interiores con galerías
conformadas por arcos en la planada baja y pórticos cerrados en las plantas
altas, los corredores superiores se iluminan con teatinas y lucernario.
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- INFORMACIÓN
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Pagina Web : http://www.in-quito.com/uio-kito-qito-kyto-qyto/spanish-uio/museos-quito-ecuador/quito-museo-convento-san-diego.htm
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